los Elecciones presidenciales de 2020 siempre iba a ser un momento crucial para nuestro país. Entonces el Pandemia de COVID-19′Los peajes humanos y económicos aumentaron las apuestas. La pandemia también aceleró un cambio que ya estaba ocurriendo: hizo de la tecnología un factor aún más importante en el futuro de nuestra democracia.
Algo de esto no te sorprenderá. En 2016, mientras el entonces contendiente presidencial Donald Trump acumulaba atención y seguidores en su camino a la Casa Blanca, los estadounidenses de ambos lados del pasillo político comenzaron a comprender en tiempo real lo poderosa que es Internet para los políticos y sus partidarios. También nos dimos cuenta de que actores nefastos, muchos de ellos vinculados a gobiernos extranjeros, estaban explotando las principales plataformas en línea como Facebook y Twitter para difundir información errónea, exacerbar las tensiones políticas e interferir con el proceso electoral de Estados Unidos.
En los cuatro años transcurridos desde entonces, las empresas de tecnología y sus líderes se han comprometido a estar mejor preparados en 2020 y a evitar que sus plataformas y herramientas se utilicen para alterar nuestra democracia. Pero esa es una tarea abrumadora. Las empresas de tecnología aún se están quedando atrás en una situación en constante evolución, y la desinformación electoral sigue extendiéndose. Además de todo eso, la pandemia ha creado una serie de desafíos imprevistos, ya que las campañas en persona se han desplazado casi por completo en línea y se espera que más estadounidenses que nunca antes voten por correo.
Código abiertoEl proyecto Future of the Vote explora las consecuencias de los vínculos inextricables de nuestro mundo político con el mundo tecnológico y explica lo que debe tener en cuenta en línea antes del 3 de noviembre.
–Samantha Oltman, editora de Recode